domingo, 7 de septiembre de 2014

Pequeña crónica de los días

Cumbia

Al ritmo de ésta canción la recuerda, con una sonrisa en la cara, una camisa entallada, el jean negro y esas chatitas que tan bien le quedan. Una mezcla de alegría e impaciencia  invaden a José, él sabe que quizás esta noche Andrea aparezca al abrirse la puerta del club. Esos fantasmas lo dejarán cuando la salude, y ella le diga que todo está bien; que es bueno verse ahora, que después de todo el destino está empeñado en unirlos, aunque sea una vez por semana.
La música suena más fuerte, ellos están bien cerca. Tomados de las manos, él se anima y la toma de la cintura. Andrea sonrie, lo premia con un beso. Al oído, el le dice: "Te amo negrita.¡Te amo!". Ella se aferra a su amado, como a la salvación misma. Se encienden las luces, la pista queda al descubierto. Se miran nada más. Salen de allí con paso sereno. Otro beso corona la noche, y ellos, caminando por la vereda se pierden en la madrugada de aquel sábado.

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