lunes, 1 de septiembre de 2014

De los sótanos y las ventanas

Estas cuando te sueño con tu vestido negro. Caminas por doquier, con real interés o por placer tus ojos perciben la luz, la huella en el barro, el grafitti sobre el asfalto, el vuelo de una lechuza, la música a lo lejos mientras mueves la cabeza y sonríes.
Admites la lógica y la sinrazón del fuego sobre el hielo, el viaje de las almas, la existencia de Súpay que reina en lo espeso del monte; ante él no haces reverencia alguna, apenas un saludo de quienes entienden su lugar en el mundo.
¡Ah! Quien pudiera asirte en el huracán, pronunciar tu nombre y escribir algo más que poesía.

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