sábado, 7 de junio de 2014

Pequeña crónica de los días

El viaje

Era un día lunes. Yo estaba esperando a los pasajeros desde Loreto a Santiago. Llegaron algunos, pero más me interesabas vos. Tenías el delantal blanco y llevabas el maletín negro. A lo lejos, alguien te saludaba con un "Chau seño". Y vos le devolvías el gesto con una sonrisa.

Saludé a todos, y te abrí la puerta. Salimos raudamente, tomé la ruta. El paisaje había cambiado, y ahora un camión era todo lo que tenía por delante. Entre tanto movimiento caiste en el sueño, los mechones del pelo caían sobre tu cara y en la nuca. Con mano firme sostenías la cartera, una sombra parecía protegerte.
Un cartel verde decía "Santiago del Estero".  A la entrada del barrio Ejercito Argentino se bajaba el enfermero y su mujer. Vos recién lo ibas a hacer en Saenz Peña y Belgrano.Teníamos tiempo para charlar, me comentabas de tu trabajo, de lo exigente que era la directora del jardín; de que te gustaba que yo te escuche, y yo sólo eso hacía, además estaba nervioso. El auto era un mundo aparte, el perfume eras vos. Llegamos hasta tu parada. Te dije un par de cosas que cerraste con un beso, el mejor premio para éste conductor. La paz para volver por la nueve hasta mi casa.

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