martes, 3 de junio de 2014

Pequeña crónica de los días

El momento de la belleza y sus consecuencias

No es sólo estar frente a la belleza, es saber ser ante ella. Es como si te dijera que todo te recuerda: la niebla, la noche, el frío, el calor, las hojas agitadas por el viento son banderas cuando recorres por la ciudad.
Éstos días han sido la monotonía de una máquina que hace todo funcionar. Todo el peso he soportado, pero ahora estoy aliviado porque estás aquí. Entre los papeles te presentas, frente a mí que te observo, y en silencio guardo la esperanza de que nos volveremos a ver. Mañana no seremos los mismos que hoy, rodeados de muros y presos del miedo, caminamos buscando nuestros nortes.

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