martes, 26 de febrero de 2013

Una tarde en el tiempo

La conoció cuando ella trabajaba en la farmacia. Él era uno más que entraba a comprar aspirinas y crema para afeitar. Era amable, y ya los empleados lo distinguian, decian: "Ahi viene el poeta, cuidado que te hace el verso Naty.Parece que viene por vos". Ella no pensaba en eso, sólo en llegar a fin de mes, pagar el alquiler sin apretar tanto los dientes.


Facundo Ramirez, era por aquella época un administrativo del Consejo. Sus días transcurrían entre paredes amarillas que escuchaban lo debido y lo indebido. Sufría de insomnio, así que cada tanto llegaba con los ojos rojos; sabía que podían echarlo, por lo que se empeñaba en combatir aquel mal.
Miraba los expedientes, los ordenaba y cuando algún docente lo consultaba, él les respondía pausado acerca de la situación, y los enviaba a las oficinas, direcciones y subdirecciones correspondientes. Esa era su vida, a la que le agregaba la lectura de diarios, revistas y a coleccionar miniaturas de autos deportivos.


Naty, o Natalia Peralta según figuraba en su documento y en la identificación a la izquierda de su chaqueta blanca, estudiaba la carrera de farmacia en la facultad. Vivía sola hace un año, vivía cerca del aeropuerto, así que estaba acostumbrada al ruido de las turbinas y presenció desde la vereda de su casa la caida de aquel avion de guerra. Por dentro una soledad la invadia, la calmaba ocupándose de limpiar la casa, realizando artesanias, reciclando y pintando muebles viejos. En un momento recordó con risas a aquel cliente que le regalaba golosinas, mientras le repetia "Son para endulzar la tarea señorita".


Facundo había tenido un mal día, se le traspapeló un documento y ocupó toda la siesta y la tarde buscando en archiveros, en armarios, en escritorios, hasta que lo encontró y pudo calmar a su jefa con tranquilidad y la habilidad de un negociador.
Al terminar su tarea, desató el nudo de su corbata, respiró y movió el cuello de izquierda a derecha, tuvo paz.Cerró la oficina, bajó lentamente la escalera. Saludó al guardia, caminó hasta la vereda y en el vidrio de un auto advirtió su barba descuidada; tenía una excusa para ir a la farmacia, antes compró unos caramelos de menta en el kiosco. Al llegar abrió la puerta, ya todo el mundo lo saludó, él hizo lo mismo. Fué donde Natalia, le pidió la crema y una máquina de afeitar. Le cobraron, pagó y se volvió para decirle:

-Gracias-

-¡No! Gracias a vos por elegirnos-

-Bueno, si...hasta me animo a invitarte un café.¿Aceptas?-

-¡Si! ¿Por qué no? ¿Cuándo sería?-

-El viernes-

Lo sorprendió la respuesta, no la esperaba.Fue mas paciente que de costumbre hasta que llegó el viernes. En las restantes horas sólo pensó en ese encuentro.
Llegó el día. Facundo salió temprano del trabajo, se preparó y llegó al lugar convenido. Natalia tenía un vestido verde, unos aros artesanales y una cartera haciendo juego con los zapatos. La saludó, ella notó un temblor, él disimuló,y se fueron a la confiteria. Charlaron hasta el hartazgo, hasta que se animó y dijo:

-Vamos al Club San Martin-

-¡Dale!- Asintió ella.

Se levantaron de la mesa.Facundo pagó la cuenta.Tomaron un remis.Llegaron al club, ambos necesitaban aquel ruido. La tomó de la mano, ella le correspondió. Con pasos torpes él intentó bailar cuarteto.Naty se sonreía.Le dijo:

-Vas bien, no te preocupes-

-Gracias-Le dijo Facundo.

Se sentaron, pidieron algo de tomar para recuperar fuerzas, prosiguió una charla animada, hasta que comenzó a sonar un tango. Fueron a la pista, la hicieron suya. Él puso las manos en la cintura de ella, la trajo para sí.Se sorprendió, pero estaba a gusto. Se miraron, estaban seguros uno en el otro. Aquella danza los atrapó, los transportó a otro mundo, los hizo eternos.
Despues la música terminó, apagaron las luces, se miraron nuevamente, se dieron la mano y salieron de allí:Felices, ella por la noche vivida, él con la esperanza de verla nuevamente.

7 comentarios:

María dijo...

Hay sentimientos tan secretos que solo pueden expresarse con el silencio
escriba

mauricio gonzález faila dijo...

Tal cual María, el silencio los encontrará a éstos amantes otra vez.
Besos.Gracias por tu lectura y comentario.

Unknown dijo...

Llegue aqui gracias al premio de Estanislao Newbery, y estoy segura que no se equivoco para nada en darle el premio a este blog.

Siempre es maravilloso poder compartir todo tipo de sentimientos a traves de la escritura sea prosa o verso, sean poemas, cuentos o novelas.

Me parece muy interesante tu blog por eso desde ya decido seguirlo, espero tambien te animes a pasar por el mio.

http://abzurdahzenizientah.blogspot.com/

Saludos!!!!

mauricio gonzález faila dijo...

¡Gracias por tu lectura y comentario!
Agradezco a Estanislao por su comentario.
Saludos.

Davila dijo...

gracias por el cuento! Me gustó como mostraste la realidad (la soledad) que vivían ambos personajes y el final da para imaginar más como seguirían, habra una 2º parte?

Davila dijo...

gracias por el cuento! Me gustó como mostraste la realidad (la soledad) que vivían ambos personajes y el final da para imaginar más como seguirían, habra una 2º parte?

mauricio gonzález faila dijo...

Seguramente habrá una segunda parte.
Gracias por tu lectura y comentario.
Saludos Davila.