Usted es esa llama que me anuncia cercana la ciudad.Ya se han escrito millones de lineas, y ésta no es una más, es la clara expresión de que no he logrado olvidarla, al menos desde aquella carta que dirigí a su despacho. Por mi parte, al recordar aquella acción, me estremezco, pero no me arrepiento; salvo porque no púde decirselo frente a frente sino mediante esa misiva.
La tarde gris y lluviosa no ha opacado su presencia en este rincón, si bien he callado mi poesía, ella ha regresado porque usted ha vuelto a iluminar la casa.Espero esté bien. Le deseo lo mejor en su carrera y en su vida.
¡Saludos!
M.R
2 comentarios:
Cómo no emocionarce con semejante carta; que delicadeza, que sutil!!!
bien amigo, felicidades Siempre.
¡GRACIAS OLGA!
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