martes, 9 de noviembre de 2010

Diario de un militante/ Dia 2

Estoy plenamente convencido que nunca voy a alcanzar las profundidades o alturas espirituales, y no realice ninguna acción de ese tipo, mucho menos convertirme en un ser de luz; estimo que hay quienes sí lo hacen, y creen de esa manera lograr la trascendencia del hombre y la felicidad que éste anhela.
Por mi parte, veo ésta realidad material, puesto que no hay otra, y al no existir dios/es o destino que me predeterminen, soy yo quien decide qué hacer y qué no hacer. El libre albedrio es una excusa para los católicos, creen ser libres, pero se reconocen débiles al necesitar de su dios.No existe tal libertad para ellos, porque por arriba y por abajo están atados a un sistema de verdad que les impide advertir éstas cadenas y les provoca una ceguera en otros tantos asuntos.El hombre, ha de ser libre, reconocerse él mismo como sujeto de libertad, sin esperar que ésta le sea dada por una divinidad o un gobernante.

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