Árida, salitrosa y extremadamente dulce. Jugosa como una tuna. Ocultas tus secretos como un monte: se te puede contemplar, y adentrarse en tí es maravilloso, presumo que sos una Salamanca, un ángel y súpay al mismo tiempo.
Alimentado con tu savia, con tus frutos. Anoto lo que voy viendo en mi cuaderno: tierra, luna y más, más distorsión y melodía, más ternura y más crudeza. Respiro, el aire no me alcanza, tengo tu recuerdo y tu imagen, tu realidad en ciento veinte minutos.
*La imagen ha sido tomada de internet.
2 comentarios:
igues jugando con los elementos escriba.
Saludos.
Y escribiendo con ellos, y viendo ésto que sale a la palestra.
Besos y gracias por tu lectura.
Publicar un comentario